jueves, 25 de septiembre de 2008

SENTIMENTALISMO

Rafael Azcona, maestro de guionistas, dividía las películas en dos categorías: las que caen en el sentimentalismo y las que se resisten a caer en él. Por supuesto, prefería las segundas. Era un hombre muy tierno, y su ternura está en los libros y guiones que escribió, pero aborrecía lo sentimental. Tenía razón: no hay nada más embarazoso que expresar un sentimiento. A los directores, les obligaba de alguna forma a filmar precisamente ese embarazo.

David Mamet, dramaturgo y guionista, comparte con Azcona la aversión por lo sentimental. Para él, la falta de sentimentalismo es un mérito que distingue a los escritores simplemente buenos de los que tienen algo que decir de verdad. “El sentimiento barato sin duda es duradero. También lo es el perfume barato”, escribe en Bambi contra Godzilla. Finalidad, práctica y naturaleza de la industria del cine (editorial Alba).

Explica Mamet que el “drama lacrimógeno” apela al deseo de ser políticamente correcto, o estar de moda, y a la intención de ser compasivo, según él, los dos puntos débiles del espectador. “Sin embargo, en la transacción se ha pasado por alto el carácter imaginario de la presentación. Los héroes, sus deseos y sus aflicciones no son reales. El espectador se recompensa a sí mismo por su compasión por la víctima ficticia. La compasión no le ha costado nada; al contrario, ejercitarla ha sido placentero, ha sido un entretenimiento”.

Mamet recomienda utilizar las lágrimas como una medicina homeopática: a menor dosis, mayor efecto. El drama ha de estar constituido al margen de la atribución de las lagrimas que llore el protagonista. “Esta actitud ha sido tachada de estoicismo, pero quizá sólo sea profesionalidad: ¿por qué no permitir que sea el público quien sienta la experiencia?” De la pornografía de los sentimiento ya se ocupa la publicidad, recuerda. El cine debe apuntar a otro lado.

Mamet prefiere la declaración limpia al ruego, el cine negro al cine de gángsters. Frente a la mirada sentimental sobre el mundo de la delincuencia propia de las películas de gánsters, Mamet aboga por el frío mundo darwiniano, sin reglas y sin enjuiciamientos, de las películas del cine negro. “Es cine, por así decirlo, escrito por un policía”. Lo que caracteriza a los hombres, y sus interpretaciones, del cine negro es su falta del deseo de complacer. “En la pantalla, no tienen nada que demostrar, y por tanto nos atraen de manera extraordinaria”.

5 comentarios:

Admin dijo...

Hola Sigfrid,¿Sabes cuando se estrena tu documental sobre Emilio Ruiz?
Me interesaria mucho verlo.

Gracias

sigfrid dijo...

A finales de octubre, principios de noviembre, tras su paso por los festivales de Roma y Valladolid. De nada.

Anónimo dijo...

Mamet escribe en sus ensayos casi siempre naderias. Me han dicho que va a dirigir usted para AVG. Mucha suerte. Si va a dirigir a cierto actor genial, átele bien corto. Es muy bueno pero necesita control.

Anónimo dijo...

Azcona... que leyenda. No escribió nada decente desde hace 20 años. Esa generación que no se jubila, que daño hace al cine patrio.

(!) hombre perplejo dijo...

Sabia elección la de "Laura" para ilustrar este post. Confieso habere enamorado de ella al mismo tiempo que Dana Andrews mientras me explicaban quién era y observaba ensimismado su retrato en el salón. La música de David Raksin también ayudó, pero la tremenda alegría al verla viva fue un sentimiento que me pertenece.

perplejos saludos!