viernes, 15 de febrero de 2008

DESPUÉS DE LOS PREMIOS


La reciente edición de los premios de la Academia de Cine ha puesto sobre el tapete una cierta tendencia a la polarización de la producción cinematográfica. Por un lado un exponente del actual cine de masas, El orfanato, el sorprendente debut de Juan Antonio Bayona en el género de terror, y en el otro extremo La soledad, el segundo largometraje de Jaime Rosales, una película intimista y minoritaria, de las llamadas de “culto”. En medio Las 13 rosas, del experimentado Emilio Martínez Lázaro, recreación histórica de un triste episodio de la represión franquista, según el modelo clásico del cine nacional-popular, eclipsada en cierto modo por los premios recibidos por los otros dos títulos.

El orfanato acumuló la mayoría de los premios técnicos, más los de la dirección novel y el guión. Lleva camino de convertirse en la película más taquillera de la historia del cine español en un año en que se ha profundizado la baja de la asistencia de espectadores a las salas y en el que nuestro cine sólo ha alcanzado una cuota de mercado del 13,3%. Las 13 rosas, con un ejercicio comercial estimable a sus espaldas, también sumó premios de los considerados técnicos, más el actor de reparto (José Manuel Cerviño), la música (Roque Baños) y la fotografía (José Luis Alcaine). Pero La soledad, con los premios a la mejor película y dirección, además del actor revelación (José Luis Torrijo), consiguió el pleno de sus nominaciones y se convirtió en la ganadora de la noche.

La soledad ha dado visibilidad a una corriente cinematográfica, rayana en la experimentación, tradicionalmente ausente de los premios de la Academia de Cine. Película de bajo presupuesto y modesto rendimiento comercial, tiene ahora la oportunidad, al reestrenarse en varias capitales, de encontrar un público más amplio, una clase de espectador que no se mueve por el taquillazo y que ha perseguido antes un cine más radical en cinematografías extranjeras que en la propia. El respaldo de la Academia a esta producción independiente, realizada con la participación de TVE, consagra un tipo de cine que hoy tiene poderosas razones para hacerse notar, precisamente por escapar a la casuística formularia del mercado. En esto los académicos españoles han seguido el ejemplo de los franceses, que el año pasado también respaldaron una película fuera de la corriente mayoritaria del mercado, la excelente Lady Chatterley, de Pascale Ferran.

Entre la película mediática, producida, distribuida y publicitada “a la americana” bajo el paraguas de las televisiones privadas y sus acuerdos con las majors, y el cine de culto, fruto de la ambición artística, la perseverancia y el apoyo de los organismos públicos, la tierra media del cine parece sufrir una cierta crisis tanto en el plano de la producción y el mercado como en sus modelos creativos. Como si el cine se planteara hoy un debate entre el cine como cultura de masas y el cine como hecho artístico, dejando para el recuerdo de otros tiempos la significación que tuvo como cultura popular.

domingo, 10 de febrero de 2008

KARLITOS


Gracias por vuestros correos. No he desaparecido, en breve os contestaré. También espero volver pronto a escribir en el blog, cuando termine el montaje del documental sobre Emilio Ruiz del Río. Hasta entonces, os dejo con Karlitos. Es mi anterior documental y lo podéis encontrar en 6 partes en youtube.